Llega a México “Sonder” la competencia de Airbnb

Sonder llega a México antes de que Airbnb salga a Bolsa
Para Roberto Fernández del Castillo, gerente de Sonder en América Latina, México es el mercado de prueba que le permitirá a la compañía saber si su modelo de negocio funciona en mercados emergentes.
El modelo de Sonder es muy similar al de Airbnb: una persona que quiera rentar una propiedad residencial por algunos días no tiene que hacer más que acceder a la aplicación, elegir un “Sonder” y reservar su estancia. La principal diferencia con la famosa compañía de hospedaje es que Sonder administra directamente todos los espacios que ofrece en su plataforma, con lo que busca brindar una experiencia más homogénea entre las distintas ciudades en las que opera.
Los costos fijos que suponen la búsqueda y administración de nuevos “Sonder” hacen que su apalancamiento operativo sea mayor que el de algunos de sus competidores que dejan en manos de sus “anfitriones” la administración de sus propiedades, como la propia Airbnb, Booking.com o Domio, lo que se conoce como home-sharing. La plataforma planea invertir alrededor de 80 millones de dólares durante los primeros cinco años de operación en la Ciudad de México.
Sonder nació en 2012 en Canadá. Desde entonces ha abierto 14,000 ubicaciones en 30 mercados y ha recibido ocho rondas de financiamiento por un total de 529.6 millones de dólares. Los espacios que ofrecen van desde habitaciones de hotel hasta departamentos con seis habitaciones con una experiencia estandarizada en todos ellos. En México, su primer conjunto de espacios está ubicado en la colonia Condesa y consta de 16 departamentos de dos habitaciones.
Para Roberto Fernández del Castillo, gerente de Sonder en América Latina, México es el mercado de prueba que le permitirá a la compañía saber si su modelo de negocio funciona en países emergentes, para después adentrarse en la región latinoamericana.
“Para muchas empresas de tecnología la Ciudad de México es el mercado de prueba para entender si el modelo de negocio puede funcionar en una economía emergente y de poderlo validar, eso nos va a permitir tener la confianza para poder invertir en más ciudades mexicanas y en otras ciudades de Latinoamérica”, dijo Fernández.
A diferencia de Airbnb, cuyo director ejecutivo Brian Chesky dijo que había perdido casi todo lo que construyó en 12 años “en cuestión de cuatro a seis semanas” y cuya valuación pasó de 31,000 millones de dólares a 18,000 millones en apenas unos días, Sonder ha logrado subsistir pese a la pandemia de Covid-19 y a las restricciones de movilidad que ésta ha generado, de acuerdo con su director para América Latina.
“Sonder se ha vuelto una opción para todas las personas que necesitan viajar y lo quieren hacer de la manera más responsable posible. Eso nos ha ayudado a tener tasas de ocupación mucho más altas que el promedio de la industria hotelera, porque la experiencia que está ofreciendo Sonder está enfocada en que no tengas contacto con nadie”, dijo.
El directivo agregó que la duración de las estancias de sus clientes también se vio alterada por la pandemia, al pasar de estancias de tres a cuatro noches, a estancias de, en promedio, ocho o nueve noches. Ésta es la razón a la que Fernández atribuye el que la compañía haya levantado una ronda de inversión Serie E por 170 millones de dólares apenas en junio pasado.
El modelo de negocio de Sonder parece haberse adelantado a lo que ahora también ha comenzado a hacer Airbnb, es decir adquirir o construir sus propias residencias para rentarlas a través de su plataforma.
“A nosotros lo que nos interesa es controlar la experiencia y para eso necesitas tener el inventario, no queremos ser intermediarios”, dijo.
rodrigo.riquelme@eleconomista.mx