Te presentamos vivienda Finalista de la categoría Vivienda Económica y de Interés Social de Obra del Año
Casa Melani: “Una sombra en donde refugiarse”
Finalista de la categoría Vivienda Económica y de Interés Social de Obra del Año, la propiedad fue diseñada por BiosArqs para una familia afectada por los sismos del 2017.
Cuando los dos sismos del 2017 sacudieron a México, cientos de personas se quedaron sin hogar. La reconstrucción y donación de recursos fue complicada, por lo que familias, como la de doña Melani y don Esteban, tuvieron que vivir en casas de lona a falta de un techo.
El despacho BiosArqs decidió actuar y enfocarse en comunidades marginadas, como Cintalapa en Chiapas, en donde el acceso de ayudas y la obtención de bienes para edificar era aún más complicada. Hicieron algunos proyectos de vivienda iniciales, hasta que lograron conseguir fondos suficientes, de la mano de la organización Hábitat para la humanidad, para aterrizar una obra más detallada.
El involucramiento de los arquitectos Brenda Guillen y Rolando Guillen fue más allá de sólo el diseño. Rastrearon la zona e identificaron a las personas con más necesidad de “una sombra donde refugiarse”, como dicen en la comunidad. Posteriormente, de acuerdo a los requerimientos de la familia, trazaron cómo sería la vivienda y acompañaron en la construcción de un nuevo hogar.
“Nos toca conocerlos viviendo en una casa de campaña improvisada. Conocimos a doña Melani, a don Esteban y a sus dos hijas que vivían con ellos en ese momento. Ellas fueron su principal preocupación, no había un techo para sus hijas, así que comenzamos a hacer lo dibujos con base en lo que nos contaban”, dice Brenda Guillen.
A partir de ese momento, la vida de la familia cambió por completo. Para que la ayuda les fuera otorgada, tenían como condición que participaran en la edificación de la vivienda, acto que los enorgulleció y vinculó aún más con el proyecto; “llegar y decir que ellos mismos ayudaron a construir su propia casa, demostró su resiliencia. Como surgimiento de ave Fénix, después de haber perdido el lugar que habitaban, a causa del temblor, pudieron recuperarse y hacerlo con sus propias manos”, explica la arquitecta.
Para comenzar el proyecto se tomó en cuenta el material que ya existía. La familia había recibido 15,000 pesos de ayuda gubernamental, con lo que habían comprado bloc, que se hizo protagonista en la obra. BiosArqs decidió seguir con este elemento y conjugarlo con la madera de la zona, para hacer un proyecto sencillo y replicable.
Después, tomando en cuenta las condiciones del terreno y el clima cálido de la región, decidieron hacer una vivienda dividida en dos cuerpos. De esta manera, a pesar de ser un espacio de sólo 64 metros cuadrados, se logró dar la sensación de amplitud, ya que el pasillo divisorio funge como una extensión más del hogar y permite dar frescura a los dos cubos, que se abren en dos de sus muros paralelos.