Grandes compañías estudian impulsar el coworking
El sector oficinas afronta otra crisis
Las empresas piensan en el ‘coworking’ para ahorrar los costes de una gran sede
Grandes compañías estudian impulsar los espacios de trabajo compartidos gestionados por otras firmas para compaginar presencialidad y teletrabajo. Sectores como el de la consultoría seguirán en sus edificios.
El giro a la forma de trabajar que provocó el coronavirus sigue notándose en las estrategias más inmediatas de las empresas. El gran atractivo que ha adquirido el teletrabajo entre las plantillas y el interés de las compañías en combinarlo con la presencialidad está motivando que estas últimas se replanteen si necesitan grandes centros de trabajo en los que centralizar su actividad. Es decir, si ahora mismo es necesario que cuenten con una gran sede para sus empleados si todos ellos no están presentes por cumplir sus funciones desde casa. Lo que está llevando a que compañías muy destacadas estén estudiando apostar por entornos de ‘coworking’ (oficinas compartidas) para esta nueva era de las relaciones laborales, según explican fuentes del sector a La Información.
Esta idea ha empezado a calar con fuerza en los últimos meses tras el fin de la gran mayoría de las restricciones sanitarias por la pandemia. Ya con el fin del verano de 2020 y la reactivación de parte del trabajo presencial, se vislumbraron dos escenarios. El primero es el de que podía no ser necesario tanto espacio. Esto se vio cuando las firmas optaron mayoritariamente por establecer turnos o burbujas para que siempre coincidieran los mismos empleados en entornos cerrados. Algo que combinaban con el teletrabajo, por lo que las oficinas estaban a mitad de capacidad. La extensión en el tiempo de la apuesta por esta práctica es la que ha llevado a la reflexión de que quizá pueda ser más rentable decantarse por un ‘coworking’, según las fuentes consultadas.
Otro factor que está empujando a esta práctica es que hay empresas que actualmente no cuentan con una sede fija por el fin de sus contratos de alquiler. Este escenario es el que afrontaron muchas compañías que, o bien no renovaron las rentas con sus caseros, u optaron por buscar una salida a los mismos por motivos económicos o de eficiencia, como señalan las fuentes consultadas. Con la posibilidad de volver a la normalidad de manera progresiva, estas empresas se encontraron con que no tenían un sitio fijo que ofrecer a los empleados o en el que recibir a clientes, socios o proveedores. Por lo que el espacio de trabajo compartido fue el asidero del que tiraron para salir adelante.
Como señalan las fuentes consultadas por esta redacción, las que más profundamente están yendo a este modelo son las compañías que tienen una actividad de negocio más estable. Es decir, las que no dependen tanto de salir a la caza de contratos y no trabajan a temporadas. Entre ellas estarían las que suelen contar con grandes volúmenes de licitaciones o que tienen una cartera de clientes muy estable. El sector de la informática y ciertos ámbitos de la ingeniería son otros de los que están movilizándose cada vez más hacia los coworking. Entre estas hay empresas muy destacadas que ya están en el proceso de decir adiós a sus grandes sedes, insisten las mismas fuentes.
En el otro lado hay otros sectores que tienen claro que no pueden decantarse por un adiós a los edificios que, en muchas ocasiones, pueden ser incluso un emblema para su marca. Aquí entrarían las grandes consultoras que luchan por auditar o encargarse de la asesoría de otras empresas. El motivo es que conseguir contratos depende en gran parte de los recursos que puedan ofrecer al cliente. Y una sede determinada puede ser clave para ello. Además, tampoco hay planes de este tipo en las industrias o las que se dedican a la fabricación de medios de transporte. Como destacan las fuentes consultadas, una gran parte de ellas suele disponer de sus oficinas en el mismo área en el que se realiza la producción.