“Más vale prevenir que lamentar” Reparaciones preventivas para tu hogar
Bien dice el dicho que “más vale prevenir que lamentar”; hay muchas ocasiones en las que estamos tan ajetreados con nuestras vidas cotidianas que no nos detenemos a pensar que ciertas instalaciones en nuestro hogar necesitan mantenimiento, lo que nos llevará a que un día tendremos que contratar a un plomero o electricista de emergencia.
Para evitarlo, te damos la siguiente lista de reparaciones en el hogar que podrás hacer fácilmente y sin gastar dinero.
- Grifos y regaderas: Si tienes una gotera, antes de llamar a un plomero, simplemente destornilla la cabeza del grifo o cabezal de ducha y cambia la arandela si está en mal estado. No te toma más de 5 minutos y podría ahorrarte mucho dinero y agua.
- Filtros de calefacción y aire acondicionado: Éstos se deben cambiar al menos una vez al mes para que tus aparatos puedan seguir funcionando correctamente y evitar gastar en reparaciones.
- Desagüe: Es normal que las coladeras de la casa se obstruyan, en especial las que están dentro de nuestras regaderas y tinas, debido a la acumulación de cabello y jabón. Es necesario limpiarlas con frecuencia para evitar que se tapen por completo, sin embargo, si ya están tapadas sólo necesitas verter media taza de bicarbonato y media de vinagre. Después, vierte agua hirviendo y repite el proceso si el agua aún drena lentamente.
- Calentadores de agua: Los calentadores de agua o boilers deben limpiarse cada uno o tres años –dependiendo del modelo– para controlar la formación de depósitos minerales y así aumentar su vida útil y mejorar su eficacia. Primero, tras apagarlo, corta el suministro de agua fría y abre las llave de agua caliente en tu lavabo o regadera. Después, conecta una manguera de jardín a la válvula de descarga que se encuentra en la parte inferior del calentador y ábrela dejando que el agua residual salga hasta que sea transparente. Cierra la llave de tu lavabo o regadera y de la válvula de drenaje y retira la manguera. Abre nuevamente el suministro de agua fría hasta que el tanque se llene, cuando esté listo, abre las llaves de agua caliente de tu baño para dejar salir el aire acumulado. Por último, prende tu calentador para comprobar que funcione correctamente.